Verano 2006
De los porque y otras cosas
Este es un trabajo que se propone dar cuenta de las articulaciones entre mercado, Estado y sociedad civil en el recorrido de la Red Global de Trueque. Describe la experiencia de la red de intercambios de bienes, servicios y conocimientos no-monetaria más importante de todas las que se ensayaron en el mundo hasta el presente, no sólo por la cantidad de personas relacionadas entre si, sino por la diversidad de los lazos sociales que se generaron en su interior. Ha sido y es una experiencia que permitió construir a lo largo de casi diez años un laboratorio productivo -social y de mercado comercial sin capitalismo a escala, que relaciono en red a más de dos millones de personas.
La experiencia desarrollada por la RGT, fue única e irrepetible. A lo largo de los años veces se la intentó cooptar políticamente y resistió tal intención. Fue y es un modelo de intercambio de productos servicios y conocimientos en red, basado en un diseño proyectado y construido a partir del trabajo como idea central.
Una construcción que fue desbordada durante la peor crisis que se desató sobre nuestro país, una experiencia que fue atacada y vulnerada a partir de una de una falsificación feroz que erosionó el lazo social establecido entre sus miembros, al mellarse la confianza colectiva depositada en ella; fue condenada al ostracismo y sin embargo dos años después de que la dieran por muerta esta otra vez de pie respondiendo a necesidades de miles de seres humanos.
Por eso y por haber sido uno de sus actores públicos más conocidos durante esos tres años, es mi obligación moral y política pasar revista a todos estos hechos, señalar cuales han sido las fallas que podía haber tenido el sistema que por ser novedoso carecía de marco teórico para evaluar el desarrollo de su crecimiento , que no tenía todas las respuestas técnicas; y por que en esta nueva etapa de crecimiento estimo que necesario conocer los peligros y las acechanzas que se esconden como sobras detrás de las puertas para evitar a estar condenados otra vez a repetir el mito de Sísifo.
Los años 2003 y 2004 han sido para nosotros difíciles y duros. De los más de seis nodos que la integraban en su momento de máximo expansión, hoy funcionan menos de seiscientos en todo el país. Este tiempo me sirvió para analizar colectivamente lo sucedido, contener a través de renovados lazos a las personas que seguían concurriendo a los nodos y que fueron los que hicieron posible que el sistema funcionara, en tanto diseñábamos las nuevas herramientas técnicas que sirviera de plataforma para el relanzamiento de la red.
Cuando Rubén Ravera y yo fuimos invitados a participar del Seminario sobre Trueque y Economía Solidarias que organizaba la Universidad de General Sarmiento, con el auspicio del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, ensaye una primera escritura acerca del recorrido de nuestra red de trueque. Al final del seminario, cuando analice lo que sucedió durante el mismo, comprendí otras cosas. Pude comprobar que existen mandarines del saber que re escriben la historia a la medida de sus intereses para entrar en ella, comprobé que hay “investigadores” que se dedican a estudiar la pobreza de la gente con dineros que conforman la deuda pública y que necesitan que siempre haya un pobre, un excluido o un “distinto” para seguir investigando, para que alguna editorial los publique y acceder así a alguna beca en el extranjero o algún programa de financiamiento público, - que después termina siendo pagando todo el pueblo argentino sin que se lo halla consultado previamente-, y financie sus estudio y sus viajes; corroboré además,- aunque tarde-, que las lecturas nunca son asépticas y que un pseudodemocratisismo no es más que un escenario, para montar toda una historia.
Por eso comencé esta escritura.
Este es un trabajo que se propone dar cuenta de las articulaciones entre mercado, Estado y sociedad civil en el recorrido de la Red Global de Trueque. Describe la experiencia de la red de intercambios de bienes, servicios y conocimientos no-monetaria más importante de todas las que se ensayaron en el mundo hasta el presente, no sólo por la cantidad de personas relacionadas entre si, sino por la diversidad de los lazos sociales que se generaron en su interior. Ha sido y es una experiencia que permitió construir a lo largo de casi diez años un laboratorio productivo -social y de mercado comercial sin capitalismo a escala, que relaciono en red a más de dos millones de personas.
La experiencia desarrollada por la RGT, fue única e irrepetible. A lo largo de los años veces se la intentó cooptar políticamente y resistió tal intención. Fue y es un modelo de intercambio de productos servicios y conocimientos en red, basado en un diseño proyectado y construido a partir del trabajo como idea central.
Una construcción que fue desbordada durante la peor crisis que se desató sobre nuestro país, una experiencia que fue atacada y vulnerada a partir de una de una falsificación feroz que erosionó el lazo social establecido entre sus miembros, al mellarse la confianza colectiva depositada en ella; fue condenada al ostracismo y sin embargo dos años después de que la dieran por muerta esta otra vez de pie respondiendo a necesidades de miles de seres humanos.
Por eso y por haber sido uno de sus actores públicos más conocidos durante esos tres años, es mi obligación moral y política pasar revista a todos estos hechos, señalar cuales han sido las fallas que podía haber tenido el sistema que por ser novedoso carecía de marco teórico para evaluar el desarrollo de su crecimiento , que no tenía todas las respuestas técnicas; y por que en esta nueva etapa de crecimiento estimo que necesario conocer los peligros y las acechanzas que se esconden como sobras detrás de las puertas para evitar a estar condenados otra vez a repetir el mito de Sísifo.
Los años 2003 y 2004 han sido para nosotros difíciles y duros. De los más de seis nodos que la integraban en su momento de máximo expansión, hoy funcionan menos de seiscientos en todo el país. Este tiempo me sirvió para analizar colectivamente lo sucedido, contener a través de renovados lazos a las personas que seguían concurriendo a los nodos y que fueron los que hicieron posible que el sistema funcionara, en tanto diseñábamos las nuevas herramientas técnicas que sirviera de plataforma para el relanzamiento de la red.
Cuando Rubén Ravera y yo fuimos invitados a participar del Seminario sobre Trueque y Economía Solidarias que organizaba la Universidad de General Sarmiento, con el auspicio del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, ensaye una primera escritura acerca del recorrido de nuestra red de trueque. Al final del seminario, cuando analice lo que sucedió durante el mismo, comprendí otras cosas. Pude comprobar que existen mandarines del saber que re escriben la historia a la medida de sus intereses para entrar en ella, comprobé que hay “investigadores” que se dedican a estudiar la pobreza de la gente con dineros que conforman la deuda pública y que necesitan que siempre haya un pobre, un excluido o un “distinto” para seguir investigando, para que alguna editorial los publique y acceder así a alguna beca en el extranjero o algún programa de financiamiento público, - que después termina siendo pagando todo el pueblo argentino sin que se lo halla consultado previamente-, y financie sus estudio y sus viajes; corroboré además,- aunque tarde-, que las lecturas nunca son asépticas y que un pseudodemocratisismo no es más que un escenario, para montar toda una historia.
Por eso comencé esta escritura.
Yo no provengo del campo académico, mi padre era un obrero capacitado, no tengo alcurnia y en mi casa el compromiso político y moral con la causa de los desprotegidos era el norte, en ella me forme en el campo de nacionalismo de izquiereda y anticlerical, democrático y popular.
La tarea que fui desarrollando a lo largo de este trabajo, supero ampliamente el plan que originalmente me había trazado, y para contextualizar el movimiento del trueque desde sus orígenes hasta el presente tuve que acudir al auxilio de varias ciencias como la historia, la sociología, la historia de las religiones, la antropología y el psicoanálisis, incursionando en algunos senderos que me eran desconocidos. Pero han sido la voluntad de saber y el deseo, quienes me impulsan a escribir este ensayo como una forma renovada de seguir construyendo la historia.
Compilar pues viejos trabajos y escribir estas líneas ha sido pues una tarea individual y solitaria, que da cuenta de la construcción de nuevos lazos sociales, de articulaciones y confluencias políticas; de las tensiones con otros grupos dentro del movimiento, las posteriores fracturas y las perspectivas que puede llega a tener esta experiencia de cara al futuro.
Espero también poder, a partir de estas líneas tener una mirada renovada de esta construcción, realizada por cientos de miles de seres humanos que día a día, en forma silenciosa en infinidad de pueblos y ciudades participan con sus intercambios en algún club de trueque que se sostiene metodológicamente en nuestro modelo. Ese universo de seres humanos que un día decidieron transformarse en cómplices de su propio destino, a quienes no conozco y a los que quizás tal vez nunca llegue a conocer, son la parte menos visible, pero con seguridad la más importante de esta historia, ya que sus actos le dan vida a la experiencia y la nutren de savia nueva cada día.
No menciono con nombre propio a ninguna persona en particular, porque en estos renglones están todos mis compañeros más queridos, compañeros de toda una vida de militancia, -los de esta experiencia y aquellos que forman parte de otras cartografías políticas-; con ellos y con algunos que hoy no están, soñé alguna vez este y otros sueños que tiene que ver con un mundo más justo, plural y fraterno.
Ellos forman parte de la esfera privada de mi vida y en algún momento me dieron alguna pista que después incorporé a esta experiencia. De alguna manera han dejado sus huellas en mi memoria y este texto es una forma de tributo personal a los aportes que han hecho. Ellos saben perfectamente quienes son, no han pedido estar incluidos en estas líneas, y por eso no los cito, pero estoy seguro que sabrán encontrarse en este recorrido.
Pero creo que esta es una sociedad ingrata y casi siempre se olvida de reconocer a los hombres cuando aún están con vida o los ningunea; para luego hipócritamente llorar su ausencia. Por eso explícitamente debo nombrar a Rafael Kohanoff; ya que el apostó su prestigio personal y político, -a favor de este manojo de ideas cuando eran poco menos que una aventura delirante sostenida por un grupo de locos sueltos-, desde el seno de un gobierno democrático que estaba atravesado por muchísimas tensiones, prejuicios y contradicciones internas y fue capaz de diseñar impulsar y sostener un programa político público innovativo que promocionó los clubes de trueque, como una forma de organización social y productiva distinta.
Y eso sólo, en el contexto político en el que se dio, me parece más que suficiente para ser señalado como un hito.
Manuel Glagovsky que falleció estúpidamente en un accidente de tránsito, -realizando proselitismo para el partido en el que militaba-, durante la campaña electoral del año 2001, también es tributario de estas líneas, por que con independencia de sus ideas y sus interpretaciones sobre el modelo, acompaño el proceso que estábamos desarrollando, aunque como el mismo decía muchas veces no lo entendía; y aceptando el desafío que tenía por delante apoyo la experiencia desde el disenso.
Luis Nicolás Laporte
Munro.
Invierno del 2005
Manuel Glagovsky que falleció estúpidamente en un accidente de tránsito, -realizando proselitismo para el partido en el que militaba-, durante la campaña electoral del año 2001, también es tributario de estas líneas, por que con independencia de sus ideas y sus interpretaciones sobre el modelo, acompaño el proceso que estábamos desarrollando, aunque como el mismo decía muchas veces no lo entendía; y aceptando el desafío que tenía por delante apoyo la experiencia desde el disenso.
Luis Nicolás Laporte
Munro.
Invierno del 2005
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